viernes, 26 de febrero de 2010

Cuando me vaya

Yo no soy la persona que buscas,
Cuando te vayas, olvida mi imagen, mi historia y tiempo
Pero guarda mis palabras,
Porque cada una de éstas es parte de mi esencia,
No la rechaces,
Recuerda que la eternidad se guarda allí,
Cuando te vayas, olvidaré tu imagen, tu historia y tiempo
Pero no rechazaré tus palabras,
Porque es parte de tu esencia,
Y allí se guarda la eternidad.

sábado, 6 de febrero de 2010

Marcel I

Hace como unas semanas, un poco más quizá, encontré un viejo cuaderno. Soy una persona muy aprehensiva, me gusta guardar todo, o casi todo. Era un cuaderno de mi primer año de bachillerato, en el había algunas notas de historia universal.


Admito que siempre he sido una persona bastante común, no tengo nada espectacular que ofrecer. Cuando me aburría en clase, y aún lo sigo haciendo, comenzaba a dibujar algunas cosas en la parte trasera de mi libreta, algunas otras veces realizaba algunas historias cortas. En mi época de bachillerato, como ya lo he dicho en ocasiones pasadas, amaba el anime/manga, de tal suerte que a veces inventaba finales alternos a las historias "japonesas" que veía o leía, otras ocasiones, inventaba las propias, pero siempre teniendo como eje algun anime o manga que me inspiraba.


No sé por qué, pero mi libreta de historia fue escogida para guardar una de las primeras historias que comencé a escribir (según recuerdo, la primera historia que hice fue en la secundaria y estaba extremadamente mal redactada), no recuerdo que la clase de historia haya sido tan aburrida para que ésta contuviera una de mis tantas fantasías de tedio.


Advierto, antes de que alguien se aventure a leerla, que aún en la preparatoria tenía una mala redacción, sin embargo, me dio mucha nostalgia encontrarla, porque a mi mente llegaron un sinfin de recuerdos es por eso que decidí publicarla. Otro incoveniente, es que está incompleta, según recuerdo, era una especie de guía que tenía para de allí hacer un manga, cuando aprendiera a dibujar bien, sin embargo, jamás logré dominar la técnica del dibujo, supongo que fue por eso que la dejé abandonada.


La historia viene dividida en capítulos, así que cada día, o mejor dicho, cada que pueda, publicaré cada uno de ellos, y quizá, en algún día de inspiración, pueda darle fin. Espero la disfruten.



Marcel



Confesiones de amor I



Se despertó allí como siempre, dulce y bello. Era Marcel, un chico de enormes y expresivos ojos marrones, sus labios eran largos y rosados, su nariz recta y su cabello negro y ondulado, la piel la tenía muy blanca, para su edad era bastante alto y su cuerpo muy delgado. Tenía manos de pianista, delgadas y alargadas y una sonrisa encantadora, caminaba con pasos muy ligeros y andar algo lento.


Marcelo se negaba a sentir eso, y Dios lo sabe bien, pero lo sintió. Como siempre, el chico llegó puntualmente. Cuando entró, estaba allí ella, su profesora, su rostro era muy bello, su figura alta, su cuerpo delgado, la mujer había sido provista de una bella mirada y de un muy especial iris violeta. Algunos rumoraban que la profesora era una especie de bruja, cuya mirada penetraba más allá del cuerpo y lograba llegar al alma.


Pasaron algunos minutos desde su llegada, cuando arribó Sebastián y, que a diferencia de Marcel, éste tenía una figura imponente, sus cabellos eran negros y algo largos, su piel era muy blanca, su cuerpo era músculoso y sus iris imperfectos, pues uno de ellos era negro, mientras que el otro era azul.

Al termino de las clases, los chicos se dirigierona sus respectivas casas, durante el camino, Sebastián no dejo de mirar a Marcel mientras sus ojos cobraban cada vez más brillo.

-¿oye Marcel, crees en el amor?- dijo muy serio Sebastián.

-Sí, creo que el amor existe y algún día, tarde que temprano, todos lo tenemos que encontrar, o nos encontrará.

-¿y crees que una persona se pueda enamorar de otra persona, sin importar... uhmmm nada...-tartamudeo Sebastián.

-¿Qué, su religión, su raza, su sexo?, pues... creo que eso no importa, lo que más importa es el sentimiento.- Sonrión Marcel, mientras el sol iluminaba su rostro- ¿y por qué demonios me pregutas eso?

-Simple curiosidad, sólo es eso- continuo hablando Sebastián de una forma un tanto seca.

-Bueno, basta de pláticas, ya hemos llegado a mi casa, así que adiós. Acto segudio, Marcel corrió de la figura de Sebastián como si tratase de huir de éste.

María era la mejor amiga de Marcel, ella era una chica algo lánguida, desaliñada, sus cabellos eran lacios, largos y de un color bastante obsuro, su piel muy blanca y sus mejillas rosadas. Llegó como siempre con una sonrisa muy marcada dibujada en su rostro, mientras saludaba a lo lejos a sus dos amigos que ya aguardaban en el salón de clases.

Las clases continuaron con normalidad, al salir del colegio, los amigos decidieron partir juntos a sus casas. Marcel fue el primero en arribar, mientras María y Sebastián continuaron la charla por el camino.

-¿Él te gusta verdad?- fueron las palabras que salieron de la boca de María, mientras Sebastián la miraba de forma nerviosa al encontrarse con una pregunta que no esperaba.

-¿De que hablas mujer?-respondió Sebastián con ánimo de evadir la pregunta.

-Sé perfectamete todo, no tienes que tener miedo, veo como lo miras, como lo hueles, como lo sientes, tratas de esconderlo, pero tus ojos no mienten, tu mirada contradice todo lo que tu boca intenta ocultar...

-Lo sé... pero.. ¿entonces que debo hacer?, amo este sentimiento, me gusta sentirme más cálido cuando su presencia esta cerca d ela mía... pero detesto no poderlo abrazar, besar, respirarle muy cerca, oler su piel... ¿qué debo hacer?...

-No sé, exactamente, quizá sólo tienes que empezar a ser sincero contigo mismo...-Entonces, María abrazó por unos minutos a Sebastián.

Bueno, se supone que este es el primer episodio de lo que sería mi "anime/manga" , obviamente aún era un adolescente que no tenía ni idea de lo que era la correcta redacción, y mucho menos del correcto desarrollo de una historia, pero ahí está, publicaré los demas "episodios".