Título:
Like someone in love; Año de producción:
2012; Países: Francia y Japón; Director: Abbas Kiarostami; Elenco principal:
Rin Takanashi, Tadashi Okuno, Ryo Kase.
Akiko (Rin Takanashi), una hermosa joven japonesa que
se dedica a la prostitución, ha recibido una llamada de su furioso y celoso
novio, Noriaki (Ryo Kase), quien de forma insistentemente enfermiza le exige
saber dónde y con quién está. Imposibilitada de decirle la verdad, Akiko
miente. La noche continúa y un cliente espera.
Justo este mismo día ha llegado su abuela a Tokio, no
obstante, nuestra bella protagonista, también estudiante de sociología, ha
optado por no encararla. Durante su trayecto en el taxi, decide escuchar todos
los mensajes de voz que la anciana le ha dejado. “Mi querida Akiko, te espero para almorzar…
Mi querida Akiko, estaré en la estación esperando… Mi querida Akiko, sólo podré
estar un día, espero poder verte… Mi querida Akiko, junto a las cabinas
telefónicas está la publicidad de una chica con coletas que luce casi igual a
ti, abajo hay un número telefónico, pero estoy segura que no eres tú, mi Akiko
es muy inteligente y sé que no hace esa clase de tonterías… Mi querida Akiko te
espero… Mi querida Akiko…”, por unos breves momentos las emociones nostálgicas
de la joven son expuestas en su descompuesto rostro, obligando al chofer a
desviar un poco el camino para, por lo menos, observar de lejos la frágil
silueta de la viejecilla que continúa en su ingenua espera hasta el último
momento.
Probablemente, rendida por los sentimientos de
culpabilidad, Akiko cae en sueño. La marcha del carro se ha detenido, por fin
nuestra letrada prostituta ha llegado a su destino. Así, es recibida por
Takashi (Tadashi Okuno), un tímido anciano que, de manera casi inmediata,
muestra su natural amabilidad. Repentinamente, la escena es interrumpida por
una llamada telefónica para el anfitrión, mientras tanto, la joven curiosea
entre los cientos de libros y objetos que se encuentran en el apartamento.
Akiko, tratando de romper el hielo, comienza la plática con un par de
desafortunados chistes, que, sin embargo, despiertan cierta ternura en Takashi.
Una evidencia sale a la luz, aquél retraído viejo, en otrora un joven catedrático
de sociología y ahora un consolidado autor de numerosos libros y traducciones, no
busca un pasional y efímero encuentro sexual, sino quebrar, aunque sea por unos
diminutos instantes, su solitaria cotidianeidad.
A la mañana siguiente, Akiko debe volver con premura a
sus actividades como estudiante, un examen le aguarda. Takashi, con ánimos de
alargar por más tiempo el delgado vínculo que los une, ofrece devolverla a la
universidad. Mientras espera a que la joven termine su prueba académica para
llevarla a la librería, es sorprendido por Noriaki, quien lo confunde con el
abuelo de ésta. Allí, ambos hombres tienen una larga conversación, en la cual
se combina la tozudez de la juventud con la tranquilidad de la madurez. El
nerviosismo invade a la joven cuando se percata de que su prometido está
hablando con el que fuera la noche anterior su cliente, sin embargo, el anciano
logra tranquilizarla, su secreto continúa, por el momento, aún a salvo.
Antes de retirarse, Takashi ofrece su ayuda a Akiko en
caso de necesitarla. No ha pasado ni menos de un día de su separación, cuando,
ésta, sollozante, telefonea al veterano catedrático, pues su cuerpo ha sido
trastocado por la colérica personalidad de su novio. De inmediato, el viejo
sociólogo y traductor se da prisa para intentar proteger a la joven de la furia
de Noriaki.
Aunque, rodada en Japón, los escenarios de Like someone in love son, en realidad,
escasos (un bar, un apartamento, un automóvil), el director (Abbas Kiarostami,
realizador iraní) ha preferido darle mayor peso a los personajes y sus diálogos
que a los innovadores paisajes urbanos que una ciudad como Tokio pudieran
ofrecer. El filme ha recibido opiniones encontradas, principalmente por
aquéllos que la describen como una película frustrante debido a su final
inconsistente. En efecto, en la trama no existe ninguna escena que pudiera
interpretarse como una especie de conclusión. Es más, podríamos decir que el
argumento es bastante abierto desde el principio, pues son una serie de claves,
las cuales se muestran a lo largo de toda historia, las que nos van dando una
vaga idea de donde tomar el comienzo de ésta.
Desde mi punto de vista, la producción franco japonesa
tiene más que ofrecer además de una argumentación inconclusa. Like someone in love no trata de las
grandes problemáticas mundiales, sino más bien de aquellos pequeños problemas
que rompen la monotonía de nuestras vidas cotidianas y que, desde la
perspectiva del individuo, son un tormento: aprehensión, celos, soledad, miedo,
angustia, frustración, codependencia, inseguridad, etc.
El título es fantásticamente irónico, pues más allá de
describir la búsqueda de los sujetos por la pareja perfecta o, en la paulatina
descomposición de ésta al ser encontrada, reflexiona acerca de la misma cuando,
aparentemente, viene viciada desde origen.
Sin embargo, todo esto es posible sólo debido al
inminente y natural miedo humano a la soledad. Akiko tolera las agresiones de
Noriaki porque tiene miedo a estar sola. Takashi solicita los servicios de una
acompañante porque tiene miedo a estar solo. No obstante, ninguno de los dos
personajes se preocupan por resolver sus sentimientos de raíz, finalmente ambos
optan por la facilidad. Con todo y su indeseable final, Like someone in love es una metáfora que nos muestra que, en
general, la comodidad no viene acompañada de la felicidad.