We can roll ourselves over 'cause we're uncomfortable
Oh well, the devil makes us sin
But we like it when we're spinning in his grin
Love is like a sin, my love,
For the ones that feel it the most
Look at her with her eyes like a flame
She will love you like a fly will never love you again
It's unfortunate that when we feel a stone
We can roll ourselves over when we're uncomfortable
Oh well, the devil makes us sin
But we like it when we're spinning in his grin
Love is like a sin, my love,
For the one that feels it the most
Look at her with a smile like a flame
She will love you like a fly will never love you again
Interview with Georgina Spelvin
I at one time tried my hand at actually being a prostitute. You know, doing tricks for money, with a very nice madam, and just completely bombed. I just was no good at it. I absolutely could not manufacture the excitement, the sexual excitement that I needed in order to have sex. and so many people asked me well how could you do it in front of a camera then? Well the truth of it is, when there’s a camera running, it is so thrilling, God help me, I love the camera!
The fact that it was a fuck film, I was frightened to begin with, but there is something about making a movie, when you are in the reality of the film set, anything is possible. The narrative of sex, of course first there is attraction, our little hearts beat fast and our palms get sweaty and we I get a tinkle on the outside of my arms. Foreplay, getting to know eachother and of knowing exactly what the other person’s sexual triggers are, whether it’s the little spot right behind the ear, the inside of the elbow, the kiss on the neck, a flittering of the tongue across the clitoris.
Oh boy, an orgasm is that point in time that can’t be measured – a mystical instant that doesn’t really exist in this dimension.
I will have to confess that the eroticism and excitement being expressed was very deliberate. It’s not something that I said, “Oh my god this is the most wonderful thing in the world, I can’t wait to do this again.” Probably the most uncomfortable and humiliating thing I’ve ever done on film. But nonetheless, there I was! Because the truth of it is, I love the camera.
We are our own devil...
Circo Paraíso de Massive Attack
Es desafortunado que cuando sentimos una tormenta
Podemos separarnos porque nos sentimos incómodos
Oh bien, el diablo nos hace pecar
Aunque nos gusta cuando estamos girando en su mueca
El amor es como un pecado mi amor
Sobre todo para aquéllos que lo sienten más
Mírala, sus ojos son como una flama
Ella te amará como una mosca nunca te amará otra vez
Es desafortunado que cuando sentimos una tormenta
Podemos separarnos porque nos sentimos incómodos
Oh bien, el diablo nos hace pecar
Aunque nos gusta cuando estamos girando en su mueca
El amor es como un pecado mi amor
Sobre todo para aquéllos que lo sienten más
Mírala, sus ojos son como una flama
Ella te amará como una mosca nunca te amará otra vez
Entrevista con Georgina Spelvin
Hace tiempo intenté ser una prostituta. Tú sabes, hacer cosas por dinero, con una muy agradable "Madrota", pero lo estropeé completamente. Simplemente no me sentía bien haciendo eso. No podía fabricar absolutamente la excitación, la excitación sexual que necesitaba para tener sexo. Y entonces muchas personas me preguntaban, ¿Bueno, como podías hacerlo enfrente de la cámara? Pues bien, la verdad de todo esto es que cuando la cámara está grabando, es tan excitante, Señor ayúdame, amo la cámara!
El hecho es que al principio estaba asustada de hacer una película pornográfica, sin embargo hay algo acerca de hacer una película, pues cuando tú estás en la realidad del set de filmación, cualquier cosa es posible. Existe una narrativa del sexo, por supuesto primero hay atracción, nuestros pequeños corazones laten muy rápido y nuestras palmas comienzan a sudar y me da un pequeño tintineo afuera del brazo. Jugar un poco, aprender a conocerse y saber exactamente como provocar sexualmente a la otra persona, ya sea el pequeño lugar detrás de la oreja derecha, el interior del codo, el beso en el cuello o el coqueteo de la lengua entre el clítoris.
Vaya! un orgasmo es un punto en el tiempo que no puede ser medido, un instante místico que no existe realmente en esta dimensión.
Tengo que confesarte que mi erotismo y mi excitación fueron situaciones muy deliberadas. No fueron algo que yo misma me dijera, "Señor esto es la cosa más maravillosa del mundo, no puedo esperar para hacerlo otra vez". Probablemente ha sido de las cosas más incómodas y humillantes que he hecho en una película. No obstante, lo hice! por que la única verdad es que amo la cámara.
"El hombre es lobo del hombre", eso decía Hobbes por allí del año 1651, y antes de él Tito Macio también pensaba lo mismo....
No sé si el ser humano es malo por naturaleza, si es así desde que nace o si al momento de la concepción un espíritu maligno se apodera de su cuerpo. Supongo que los humanos no somos tan malos, hemos creado religiones, cuya base, en general, se sustenta en el amor y la compasión.
Quiero creer que los seres humanos son seres bellos... a veces lo creo...
Entonces conozco a la humanidad en su más monstruosa forma... No, no es la Guerra, porque ésta ya de por sí es un absurdo, ya no se piensa, ya no se siente, ya no se disfruta, ni tampoco se sufre, ya no hay nada, sólo se espera la muerte... quizá ganar, quizá perder...
Es, en los hechos más simples y tal vez muy probablemente sean la verdadera esencia de la Guerra, que los individuos muestran su abominación.
Entonces alguien sonríe al otro, pero no hay respuesta...
Entonces alguien ve a un indigente y el otro sigue hablando...
Entonces alguien llora, pero el otro sigue su camino...
Entonces alguien invoca a un dios, y el otro se burla...
Entonces alguien pide ayuda, y el otro se va...
Los humanos somos seres bestiales, egoístas, abusivos, siempre queremos más del otro, y no queremos dar nada a cambio... El mundo no está hecho para los débiles, ni para los que imaginamos, el mundo está hecho para el uno, para el alguien, pero no para el otro... no es que la otredad nos de miedo, es sólo que deseamos ver a la otredad lastimada, saciar nuestra sed de superioridad... y al final, cuando morimos ¿de que sirvió lastimar al otro?, no importa si existe un Dios o no, todos terminaremos igual, en silicio y carbono.
Nuestra moral no debería ni siquiera basarse en la idea de ser castigados después de la muerte, sino más bien en un hecho de simple lógica, si advertimos que somos instantes, es decir el tiempo es efímero, ya que nuestros actos propiamente dichos no permanecen en el tiempo, entonces para saciar realmente nuestro egoísmo a plenitud tendríamos que herir al otro de forma permanente, lo que nos arrebataría vida, si entendemos a ésta como una serie de acciones inscritas en momentos determinados, los cuales a su vez son etéreos.