jueves, 14 de abril de 2011

Homo Homini Lupus




"El hombre es lobo del hombre", eso decía Hobbes por allí del año 1651, y antes de él Tito Macio también pensaba lo mismo....
No sé si el ser humano es malo por naturaleza, si es así desde que nace o si al momento de la concepción un espíritu maligno se apodera de su cuerpo. Supongo que los humanos no somos tan malos, hemos creado religiones, cuya base, en general, se sustenta en el amor y la compasión.
Quiero creer que los seres humanos son seres bellos... a veces lo creo...
Entonces conozco a la humanidad en su más monstruosa forma... No, no es la Guerra, porque ésta ya de por sí es un absurdo, ya no se piensa, ya no se siente, ya no se disfruta, ni tampoco se sufre, ya no hay nada, sólo se espera la muerte... quizá ganar, quizá perder...
Es, en los hechos más simples y tal vez muy probablemente sean la verdadera esencia de la Guerra, que los individuos muestran su abominación.
Entonces alguien sonríe al otro, pero no hay respuesta...
Entonces alguien ve a un indigente y el otro sigue hablando...
Entonces alguien llora, pero el otro sigue su camino...
Entonces alguien invoca a un dios, y el otro se burla...
Entonces alguien pide ayuda, y el otro se va...
Los humanos somos seres bestiales, egoístas, abusivos, siempre queremos más del otro, y no queremos dar nada a cambio... El mundo no está hecho para los débiles, ni para los que imaginamos, el mundo está hecho para el uno, para el alguien, pero no para el otro... no es que la otredad nos de miedo, es sólo que deseamos ver a la otredad lastimada, saciar nuestra sed de superioridad... y al final, cuando morimos ¿de que sirvió lastimar al otro?, no importa si existe un Dios o no, todos terminaremos igual, en silicio y carbono.
Nuestra moral no debería ni siquiera basarse en la idea de ser castigados después de la muerte, sino más bien en un hecho de simple lógica, si advertimos que somos instantes, es decir el tiempo es efímero, ya que nuestros actos propiamente dichos no permanecen en el tiempo, entonces para saciar realmente nuestro egoísmo a plenitud tendríamos que herir al otro de forma permanente, lo que nos arrebataría vida, si entendemos a ésta como una serie de acciones inscritas en momentos determinados, los cuales a su vez son etéreos.

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