Por la tarde me recosté un rato, el cielo se veía hermoso, había muchas nubes y el sol brillaba, podía sentirse un poco de viento, sabía que llovería, me gustan los días de lluvia, quizá eso tú ya lo sabes. Como casi siempre, traía mi cámara en el bolsillo, la saqué y la deje a mi lado, después sólo continue mirando el cielo, las nubes.
Levanté un poco mis pies, jugué un rato con ellos, como cuando era niño. Pensé acerca de mi temor a los hombres, que raro puedo ser, tal vez por eso mis pensamientos se tornaron un poco a hacía a ti, sólo un poco. El viento seguía corriendo y las nubes eran muy blancas, a pesar de eso, sabía que llovería, después comenzó a dolerme un poco la espalda, creo que lo sabes, esas cosas suelen ocurrirme a menudo.
No estoy muy seguro, pero juraría que vi a una vieja nube de mi infancia, se estacionó frente a mi algunos momentos, posiblemente también me reconoció. Cogí la cámara y tomé la foto, cuando lo hice pensé en ti, ya no un poco, ahora un "mucho". Cuando esté bajo tu presencia, quizá gire un poco la cabeza y agache la cara, no te mirare de frente, pero eso no te detendrá, entonces yo lo sabré. Me gustó la foto, así que la guardé, después de algunas horas comenzó a llover, sabía que así sería, asomé mi cabeza por la ventana, pero ya no vi más a la nube.
Estoy muy seguro que cuando tomes mi mano, veremos juntos las nubes, el viento soplara suave y la lluvia caera, y quizá, sólo quizá, la nube de mi infancia vuelva.
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