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jueves, 1 de agosto de 2013

Like someone in love (revisión y crítica)




Título: Like someone in love; Año de producción: 2012; Países: Francia y Japón; Director: Abbas Kiarostami; Elenco principal: Rin Takanashi, Tadashi Okuno, Ryo Kase.

Akiko (Rin Takanashi), una hermosa joven japonesa que se dedica a la prostitución, ha recibido una llamada de su furioso y celoso novio, Noriaki (Ryo Kase), quien de forma insistentemente enfermiza le exige saber dónde y con quién está. Imposibilitada de decirle la verdad, Akiko miente. La noche continúa y un cliente espera.

Justo este mismo día ha llegado su abuela a Tokio, no obstante, nuestra bella protagonista, también estudiante de sociología, ha optado por no encararla. Durante su trayecto en el taxi, decide escuchar todos los mensajes de voz que la anciana le ha dejado.  “Mi querida Akiko, te espero para almorzar… Mi querida Akiko, estaré en la estación esperando… Mi querida Akiko, sólo podré estar un día, espero poder verte… Mi querida Akiko, junto a las cabinas telefónicas está la publicidad de una chica con coletas que luce casi igual a ti, abajo hay un número telefónico, pero estoy segura que no eres tú, mi Akiko es muy inteligente y sé que no hace esa clase de tonterías… Mi querida Akiko te espero… Mi querida Akiko…”, por unos breves momentos las emociones nostálgicas de la joven son expuestas en su descompuesto rostro, obligando al chofer a desviar un poco el camino para, por lo menos, observar de lejos la frágil silueta de la viejecilla que continúa en su ingenua espera hasta el último momento.

Probablemente, rendida por los sentimientos de culpabilidad, Akiko cae en sueño. La marcha del carro se ha detenido, por fin nuestra letrada prostituta ha llegado a su destino. Así, es recibida por Takashi (Tadashi Okuno), un tímido anciano que, de manera casi inmediata, muestra su natural amabilidad. Repentinamente, la escena es interrumpida por una llamada telefónica para el anfitrión, mientras tanto, la joven curiosea entre los cientos de libros y objetos que se encuentran en el apartamento. Akiko, tratando de romper el hielo, comienza la plática con un par de desafortunados chistes, que, sin embargo, despiertan cierta ternura en Takashi. Una evidencia sale a la luz, aquél retraído viejo, en otrora un joven catedrático de sociología y ahora un consolidado autor de numerosos libros y traducciones, no busca un pasional y efímero encuentro sexual, sino quebrar, aunque sea por unos diminutos instantes, su solitaria cotidianeidad.

A la mañana siguiente, Akiko debe volver con premura a sus actividades como estudiante, un examen le aguarda. Takashi, con ánimos de alargar por más tiempo el delgado vínculo que los une, ofrece devolverla a la universidad. Mientras espera a que la joven termine su prueba académica para llevarla a la librería, es sorprendido por Noriaki, quien lo confunde con el abuelo de ésta. Allí, ambos hombres tienen una larga conversación, en la cual se combina la tozudez de la juventud con la tranquilidad de la madurez. El nerviosismo invade a la joven cuando se percata de que su prometido está hablando con el que fuera la noche anterior su cliente, sin embargo, el anciano logra tranquilizarla, su secreto continúa, por el momento, aún a salvo.

Antes de retirarse, Takashi ofrece su ayuda a Akiko en caso de necesitarla. No ha pasado ni menos de un día de su separación, cuando, ésta, sollozante, telefonea al veterano catedrático, pues su cuerpo ha sido trastocado por la colérica personalidad de su novio. De inmediato, el viejo sociólogo y traductor se da prisa para intentar proteger a la joven de la furia de Noriaki.

Aunque, rodada en Japón, los escenarios de Like someone in love son, en realidad, escasos (un bar, un apartamento, un automóvil), el director (Abbas Kiarostami, realizador iraní) ha preferido darle mayor peso a los personajes y sus diálogos que a los innovadores paisajes urbanos que una ciudad como Tokio pudieran ofrecer. El filme ha recibido opiniones encontradas, principalmente por aquéllos que la describen como una película frustrante debido a su final inconsistente. En efecto, en la trama no existe ninguna escena que pudiera interpretarse como una especie de conclusión. Es más, podríamos decir que el argumento es bastante abierto desde el principio, pues son una serie de claves, las cuales se muestran a lo largo de toda historia, las que nos van dando una vaga idea de donde tomar el comienzo de ésta.

Desde mi punto de vista, la producción franco japonesa tiene más que ofrecer además de una argumentación inconclusa. Like someone in love no trata de las grandes problemáticas mundiales, sino más bien de aquellos pequeños problemas que rompen la monotonía de nuestras vidas cotidianas y que, desde la perspectiva del individuo, son un tormento: aprehensión, celos, soledad, miedo, angustia, frustración, codependencia, inseguridad, etc.

El título es fantásticamente irónico, pues más allá de describir la búsqueda de los sujetos por la pareja perfecta o, en la paulatina descomposición de ésta al ser encontrada, reflexiona acerca de la misma cuando, aparentemente, viene viciada desde origen.

Sin embargo, todo esto es posible sólo debido al inminente y natural miedo humano a la soledad. Akiko tolera las agresiones de Noriaki porque tiene miedo a estar sola. Takashi solicita los servicios de una acompañante porque tiene miedo a estar solo. No obstante, ninguno de los dos personajes se preocupan por resolver sus sentimientos de raíz, finalmente ambos optan por la facilidad. Con todo y su indeseable final, Like someone in love es una metáfora que nos muestra que, en general, la comodidad no viene acompañada de la felicidad. 



sábado, 14 de noviembre de 2009

¿Tod@s somos la excepción de la regla?







Hace algún tiempo, salió en los cines comerciales de nuestro país, una pelícuala norteamericana cuyo titulo nos deja entrever los pesares de la vida amorosa. Mujeres que buscan relaciones, que tratan de econtrar el amor de su vida, o que simplemente pretenden escapar de la soledad, son algunas de las situaciones que podemos hallar en "A él no le gustas tanto" (también conocida como "A él simplemente no le interesas"). Desde un punto de vista particular, pienso que hay una serie de verdades que a lo largo del filme se van revelando con cada una de las diferentes historias.



Es cierto, durante nuestras vidas nos aferramos a alguien o a algo. Imaginamos relaciones donde no las hay o simplemente deseamos ser importantes para alguien, sin embargo, hay que aceptarlo, si esa persona no nos toma en cuenta, no nos llama o no hace ni el más mínimo intento por estar cerca de nosotros, las señales son más que claras, a él (o ella en algunas ocasiones) simplemente no le gustamos, no le interesamos, y como tal, hay que dejarnos de niñerías y tomar la decisión má sana y más cuerda que jamás nunca podríamos tomar, es decir, dejarlo por la paz, y en vez de perder nuestro tiempo en una persona que simplemente no nos aprecia, y seguramente nunca lo hará, seguir adelante y ser felices.



Toda nuestra vida nos pasamos justificando a la persona que no nos quiere, pensamos que si no nos ha llamado es porque algo le paso, porque le movimos muchos sentimientos y tiene miedo, porque es indeciso, en fin, hay muchos pretextos para pensar que le interesamos, y como todo bello cuento de hadas, él un día se despertará y se dará cuenta de que en realidad nos ama... pero la cruda realidad es otra, tu fuiste sólo algo pasajero para él...



Y lo más triste de todo, es que a pesar de las señales, nosotr@s seguimos atados a ese ser ... cuando él es libre y disfruta su libertad... en todo caso, también nosotros deberíamos hacer lo mismo, pues en realidad no hay una relación con esa persona... pero no, pensamos que nos ama, nos hacemos ilusiones y le somos "fieles"... aún más, nos enojamos con esa persona, blasfemamos contra él y su familia, arrancamos en irá y pasión, sin embargo por mucha irá o tristeza que tengamos, la verdad de las verdades es que jamás nunca le interesaremos... inclusive, no deberíamos de estar enojados con él, sino con nosotros mismos por seguir atad@s a ese alguien...



La vida es muy corta, no podemos pasar toda ella lamentandonos y aferrandonos a algo que no va a susceder... sí, hay que llorar lo más que podamos, patalear, hacer berrinche, enojarnos, cansarnos en llanto y destrozar nuestras voces en blasfemaciones, pero finalmente hay que dejarlo ir, sacarlo de nuestro sistema y seguir adelante... y recordemos que no hay que olvidar, sino aprender.,.. Es una lástima que no hayamos podido marcarlo tanto como él nos marcó, sin embargo, podemos tener al seguridad de que sentimos y que estamos un paso más cerca de encontrar el amor... y si nunca encontramos el verdadero amor, si podemos estar felices por algo, y es el hecho de saber que podemos sentir, que podemos amar, que podemos ser "humanos" ....



Bueno, haré un segundo post con esté tema y allí contestaré porque pienso que todo@s somos la excepción de la regla, aquí me tomé como basé "he's just not that into you", pero para el próximo les daré unos consejitos que amigos y, la vida misma, me han enseñado para superar estas cosas ...